Tu vida es vocación

"Antes de formarte en el vientre te elegí,

antes de salir del vientre materno te consagré..."

 (Jr. 1,5)

El llamado de Dios ha comenzado para ti, aún de forma impreceptible desde antes de tu concepción; Él ha pensado en ti, te ha amado y ahora ha hecho realidad tal intención. Tu vida tiene sentido, tiene valor, para Dios eres importante, y si lo eres para Él también para el mundo al cual debes entregar en nombre de Dios tu capacidad de amar y de servir.

Vocación es tanto el llamado de Dios como la respuesta que le des, se trata de un proceso dinámico de continuo diálogo con Dios. Para tal efecto hay que aplicar como lo dice san agustín los sentidos internos capacitados, para ver, oír y sentir al Maestro interior que inquieta en la voz de la conciencia.

La tradición bíblica nos presenta a un Dios que constantemente se acerca al ser humano. Se comunica y le habla con un lenguaje inteligible para proponerle un proyecto concreto. Esta llamada surge de la iniciativa amorosa del Dios que se revela y se da a conocer. Propone un plan de vida respetando la libertad del ser humano. El hombre y la mujer de nuestros tiempos, son invitados, interpelados a seguir dicho camino, a responder desde su propio contexto, desde su propia realidad. Pero, de nada vale que Dios hable si el ser humano no responde y se hace de oídos sordos. Por tanto, al hombre corresponde la tarea de discernir desde su proceso histórico, los pasos a seguir para responder de forma afirmativa al proyecto que se le ha presentado.

En este proyecto, llamado a la felicidad, propuesta de Dios no estarás ajeno a las dudas y las dificultades, son parte del discernimiento. Solo en el contacto-encuentro con Cristo podemos dar respuesta a tales cuestionamientos que se presentan siempre para provecho y madurez de la persona.

Solo resta recordar el salmo 27,14: "Espera en el Señor, sé valiente¡Ten ánimo, espera en el Señor!.