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sábado, 21 de mayo de 2011

Santa Rita de Casia. Mayo 22


Nace en 1381, en Roccaporena, cerca de Casia, en la Umbría italiana. Su verdadero nombre era Margarita, pero desde muy pequeña la llamaron Rita, y así se quedó para toda la vida. Crece en el temor de Dios y en la atención a sus ancianos padres Sus padres eran pacificadores de Cristo en las luchas políticas y familiares entre güelfos y gibelinos. Fue hija única. Desde su nacimiento ya empezó a demostrar que iba a ser la "Abogada de los imposibles", pues la mamá sufría la enfermedad de la esterilidad y no podía tener hijos y con mucha oración obtuvo de Dios el prodigio de que le concediera esta buena hija. Cuando la niña nació ya sus padres eran bastante viejos. Desde sus primeros años dio muestras de una gran inclinación a la piedad. Su mayor gusto era dedicarse a la oración y el más grande deseo de su alma de juventud era ser religiosa.

Pero sus padres dispusieron más bien que debían hacerla contraer matrimonio. Y ella, que siempre fue obedientísima, aceptó la determinación paterna cuando iba a cumplir los diez y seis años, Rita se casó con Pablo Fernando Manzini, joven bien dispuesto, pero resentido, de carácter áspero y violento. Y sucedió que, como se acostumbraba en ese tiempo, la elección del esposo no fue hecha por la muchacha sino por los progenitores y estos se equivocaron totalmente al buscarle marido y quizás no se fijaron en las cualidades exteriores del individuo y no averiguaron bien qué tal era su personalidad y casaron a Rita con un verdadero monstruo de maldad. El marido resultó brutal, mujeriego y de un temperamento ciento por ciento agresivo. El tal hombre llegó a ser el terror de los vecinos y un continuo agresor dentro de su casa. La bondad de Rita superó las asperezas del marido e hizo posible una vida de paz y de concordia. Tuvieron dos hijos varones.

Con una vida sencilla, rica en oración y de virtudes, toda dedicada a la familia, ayudó al marido a convertirse y a llevar una vida honesta y de trabajo. Su vida de madre y de esposa fue turbada por el asesinato del marido, víctima del odio entre los grupos. Rita logró ser coherente con el Evangelio, perdonando totalmente, como Jesús, a quien le había causado tanto dolor. Los hijos, en cambio, influenciados del ambiente y de los parientes, estuvieron tentados y proclives a la venganza. La madre, para evitar la ruina humana y espiritual de sus hijos, pidió a Dios que prefería la muerte de sus hijos antes que verlos manchados de sangre; ambos enfermaron y murieron muy jóvenes. Su oración, humanamente incomprensible fue escuchada.
Rita, viuda y sola, pacificó los ánimos y reconcilió las familias con la fuerza de la oración y del amor; entonces pudo entrar en el monasterio agustiniano de santa María Magdalena de Casia. Aquí lleva una vida santa con una particular espiritualidad, que privilegiaba la Pasión de Cristo; y vivió cuarenta años, sirviendo a Dios y al prójimo con una generosidad y alegría atenta a las diversas situaciones dramáticas del ambiente y de la Iglesia de su tiempo. Sobresale por su espíritu de oración, su identificación con la voluntad de Dios aceptando la cruz, su amor a la Eucaristía y su entrega al prójimo. En los últimos quince años de su vida, Rita llevó sobre la frente el estigma de una de las espinas de la corona de Cristo, completando así en su carne los sufrimientos de Jesús.

Pero se cuenta... que Rita quiso entrar en el convento de las hermanas agustinas de Casia, pero su petición no fue aceptada. De vuelta al retiro del hogar, oró incesantemente a sus tres santos protectores: S. Juan Bautista, S. Agustín y S. Nicolás de Tolentino, y una noche se produjo el prodigio. Los tres santos se le aparecieron y la invitaron a seguirles, abriendo las puertas del convento, bien protegido por muros y cerrojos, la condujeron hasta el medio del coro, donde estaban recitando la oración de la mañana. Así Rita pudo vestir el hábito de las agustinas, realizando el antiguo deseo de entrega total a Dios. Se dedicó a la penitencia, a la oración y al amor de Cristo crucificado, que la asoció aun visiblemente a su pasión, con el estigma de una espina en su frente.

Este estigma milagroso, recibido durante un éxtasis, marcó el rostro con una dolorosísima llaga purulenta hasta su muerte, esto es, durante catorce años. La fama de su santidad pasó los limites de Casia. Las oraciones de Rita obtuvieron prodigiosas curaciones y conversiones. Para ella no pidió sino cargar sobre sí los dolores del prójimo.
Rita, según algunos autores muerta en 1447, según otros en 1457, fue beatificada en 1628 por Urbano VIII, y León XIII la proclamó santa el 24 de mayo de 1900.

Fue venerada como santa inmediatamente después de su muerte, como se encuentra testimoniado en el sarcófago y en el “Codex miraculorum”, documentos ambos que pertenecen al 1457-62. Sus huesos, desde el 18 de mayo de 1947, reposan en el Santuario dentro de una urna de plata y cristal trabajada en 1930. Recientes estudios médicos han afirmado que sobre la frente, al lado izquierda, se encuentran las huellas de una llaga ósea (osteomielitis). El pie derecho tiene, además, la señal de una enfermedad padecida en los últimos años, quizás una artritis; mientras su estatura era de 1,57 cm. El rostro, las manos y los pies están momificados, bajo el hábito de monja agustina se encuentra entero el esqueleto articulado.


miércoles, 18 de mayo de 2011

Beatos Clemente de Osimo y Agustín de Tarano. Mayo 19

Clemente, llamado de Ósimo por su pueblo natal, o de San Elpidio por el pueblo en que abrazó la vida agustiniana, fue provincial de la Marca de Ancona y prior general de 1271 a 1284 y de 1284 a 1291. Murió, siendo general, en Roma el 8 de abril de 1291. Se distinguió por su amor fraterno, por su pobreza y por su suavidad y benignidad, así como por su amor a la Orden, en cuyo servicio supo sufrir hasta consumir en él sus energías y su misma vida. Sus restos reposan en Roma, en la capilla de la curia general de la Orden de san Agustín. Su culto fue confirmado por Clemente XIII en 1761.

El beato Agustín nació en Tarano (Rieti, Italia). Tras sus estudios de derecho civil y eclesiástico en la universidad de Bolonia entró en la corte del rey Manfredo de Sicilia. Ingresó en la orden como hermano de obediencia en Rosía, cerca de Lecceto (Siena), ocultando su cultura y posición social. Pero su amor a la justicia y a la comunidad desbarataron sus planes y desvelaron su identidad. Llamado a Roma por el beato Clemente, se ordenó de sacerdote y poco más tarde fue nombrado penitenciario de la Curia Romana. En 1292 fue llamado a gobernar la orden como prior general hasta el capítulo general de 1300, en que presentó la renuncia y se retiró al yermo de San Leonardo, en las cercanías de Lecceto. Allí murió el 19 de mayo de 1309 o 1310.

Se distinguió por su humildad, por el celo con que promovió la observancia religiosa y el amor a la contemplación en la vida común. Sus restos mortales, sepultados hasta nuestros días en la iglesia de San Agustín de Siena, fueron trasladados en 1977 a la iglesia parroquial de Termini Imerese (Palermo). Su culto fue confirmado en 1759 por el papa Clemente XIII.

La Orden debe a estos dos beatos la redacción definitiva de las Constituciones del año 1290, que, por haber sido aprobadas en el capítulo celebrado en Ratisbona, han pasado a la historia con el nombre de Constituciones Ratisbonenses. Ese hecho ha perpetuado su memoria y su fama en la Orden a través de los siglos.

Beato Guillermo de Tolosa. Mayo 18

Guillermo nació en Tolosa (Francia) en torno a 1297 en el seno de una familia noble y acomodada y, a la edad de diecinueve años, entró en el convento de los agustinos existente en su ciudad natal. Enviado a París para proseguir los estudios, obtuvo allí el grado de lector en teología. Apenas vuelto a su provincia de origen, se dedicó activamente a la predicación, logrando pronto gran fama como orador, director de conciencias, conocedor de corazones, e incansable promotor de la devoción a las almas del purgatorio.

Refiere la “Vita” que su actividad preferida, practicada como una especie de metodología espiritual, era la de “orar, contemplar y sólo después hablar de Dios”. La mejor definición de su vida sería la de que era un hombre de oración, lo mismo en casa que en los viajes. Era de modales muy delicados. Buen predicador, ganó a muchos para la vida religiosa. Amante de la pobreza, extremó su amor para con los pobres. Se entregó sin tregua a la mortificación. También se entretiene en describir y pormenorizar su celo religioso, la rigurosidad de sus ayunos y sus combates con el demonio, esto tanto personalmente como en calidad de exorcista. Obviamente, en conformidad con los gustos e incluso las exigencias del tiempo, se detiene en enumerar y a veces describir los numerosos milagros que le fueron atribuidos, realizados tanto en vida del siervo de Dios como, sobre todo, después de su muerte.

Excepto el breve período en que Guillermo fue prior del convento de Pamiers, es muy probable que la mayor parte de su vida, desde su regreso del estudio parisiense, se desenvolviese en el convento tolosano ubicado en el barrio de Saint-Étienne, el mismo donde por aquellas fechas, exactamente en 1341, con Guillermo de Cremona al frente de la Orden, fue celebrado el quincuagésimo octavo capítulo general.
Murió en Tolosa en olor de santidad en 1369. Siguiendo la costumbre, fue sepultado en el cementerio conventual, pero a los pocos días, en vista de la dificultad de acceso para los fieles y ante la insistencia de toda la población, conocedora de sus virtudes y agradecida por los favores recibidos de su intercesión, se hizo necesario trasladarlo al interior de la iglesia. Sus restos fueron colocados en la capilla de santa María Magdalena, en la que fray Guillermo acostumbraba celebrar la misa.
León XIII confirmó su culto en 1893.

lunes, 16 de mayo de 2011

San Alipio y San posidio. Mayo 16.

La vida de SAN ALIPIO podemos hallarla, casi totalmente, en las obras de su gran amigo san Agustín, con quien compartió los errores de la juventud, la conversión y las fatigas del apostolado. Nació en Tagaste (hoy Souk Ahras, Argelia), de padres que formaban parte de la clase noble local. Pequeño de estatura, pero de

Animo fuerte y de carácter virtuoso, trabó una afectuosa e íntima amistad con Agustín, hasta el punto de que éste lo llama repetidamente “frater cordis mei”, hermano de mi corazón. Con él compartió los errores de juventud, la conversión, la vida religiosa y las fatigas del apostolado. San Agustín le describe como persona de índole religiosa, de gran honradez e imparcialidad por su amor a la justicia.

Algún año más joven que su amigo, frecuentó las escuelas de gramática de su tierra y las de retórica en Cartago; lo precedió en Roma, donde fue a estudiar derecho, y, más tarde, lo acompañó a Milán. En Roma fue consejero del “comes” distribuidor de las subvenciones a Italia, y dio muestras, poco frecuentes en estas circunstancias, de integridad y desinterés. Resistió enérgicamente a las pretensiones de un potente senador que intentó inducirlo a cometer irregularidades, mostrándose indiferente, con la admiración general, tanto ante las amenazas como ante las lisonjas: “Alma rara, escribe san Agustín, que no hizo caso de la amistad, ni temió el resentimiento de un hombre tan poderoso, célebre por los innumerables medios de que dispuso para hacer el bien o el mal”. La amistad con Agustín sirvió para retraerlo momentáneamente de la pasión por los juegos del circo, pero le arrastró el maniqueísmo.

Con el amigo, Alipio vivió la aventura del retorno a la fe. Casto de constumbres, le fue una gran ayuda en la lucha contra las pasiones y le desaconsejó unirse a una mujer para no renunciar a vivir libremente en el amor de la sabiduría. Estuvo presente en la crisis de la conversión y siguió su ejemplo. Se retiró con él a Casiciaco, donde participaba en las discusiones filosóficas y, junto con él, recibió el bautismo el 25 de abril del 387. Al año siguiente, Alipio volvió a África, y en Tagaste se retiró con los amigos a la vida cenobítica. En el 391 siguió a Agustín en el monasterio de Hipona. Poco después, viajó a oriente e hizo amistad con san Jerónimo. Fue estimado por san Paulino de Nola, quien admiró su santidad y su celo.

Elegido obispo de Tagaste, hacia el año 394, cuando Agustín era todavía sacerdote, a su lado, casi durante cuarenta años, brilla en la iglesia de África como reformador del clero, maestro de vida monástica (santa Melania, la joven, permaneció siete años en Tagaste bajo su dirección) y defensor de la fe contra donatistas y pelagianos.

En el 411 participó en la conferencia de Cartago, siendo uno de los siete obispos católicos que disputaron con los donatistas. Contra los pelagianos se empleó con tal fuerza, que los herejes le unieron a Agustín en el odio y a Jerónimo en el mérito. En el 416 participó en el concilio de Milevi (Numidia) y escribió sobre esta reunión al papa Inocencio.

Por motivo de la causa pelagiana viajó varias veces a Italia, llevando obras agustinianas al pontífice Bonifacio y al “Comes” Valerio. En el 428, desde Roma, le mandó al amigo una réplica de Juliano, e insistió para que le contestara. Son las últimas noticias que tenemos de él. Se supone que estuvo en Hipona durante la muerte de san Agustín y que murió en el mismo año de 430.
SAN POSIDIO fue uno de los amigos íntimos de Agustín, y casi todo cuanto sabemos de él está en conexión con éste. Se formó cristianamente en el monasterio que Agustín había fundado al lado de la iglesia de Hipona, en torno al cual parecen comenzar sus relaciones con Agustín y Alipio. Allí vivió durante algunos años, hasta que, alrededor del 400, fue elegido obispo de Calama, ciudad de Numidia. Primer biógrafo de San Agustín, declara en su obra que vivió “con él en dulce familiaridad casi durante cuarenta años”.

Junto con Alipio, Evodio y algún otro obispo, fue uno de los lugartenientes más fiables y capaces de Agustín, participando a menudo a su lado en los acontecimientos que caracterizaron la controversia con los donatistas y luego con los pelagianos. Bastará recordar su presencia en los concilios antidonatistas de Cartago del 403 y 407, y, sobre todo, en la magna conferencia celebrada en el 411 en Cartago entre católicos y donatistas, donde en refuerzo de Agustín tuvo ocasión de intervenir repetidas veces, como uno de los seis obispos elegidos por los 266 obispos católicos para hablar en nombre de todos ellos, al igual que Alipio. Por estas actuaciones se hizo particularmente antipático a los donatistas, que, en una ocasión, lo sometieron a graves violencias. También por parte de los paganos corrió riesgos serios por litigios surgidos en Calama.

Tomó parte, igualmente, en los concilios antipelagianos de Milevi en el 416 y de Cartago en el 419, y en los años 409 y 410 fue encargado de misiones oficiales en Italia para defensa de la vid eclesial, ante el emperador Teodosio II.

Durante la invasión de los vándalos, en el 428, Calama fue devastada por los bárbaros y Posidio se refugió en Hipona, al lado de Agustín, que vivía entonces sus últimos momentos. Pudo tener así ocasión de asistir al tránsito de su maestro y amigo que, con conmovedora par

Después del incendio de Hipona, Posidio pudo regresar a Calama, pero por poco tiempo. De hecho, en el 437 figura entre los que se opusieron a la orden de Genserico, que quería imponer la fe arriana en sus dominios y, en consecuencia, fue expulsado de su sede. A partir de este hecho carecemos de noticias suyas. Su muerte se suele situar en torno al 437.

Los Canónigos Regulares y la Orden celebran su fiesta unida a la de S. Alipio, el 16 de mayo; su culto fue confirmado, desde 1671, por Clemente X, con el breve “Alias a Congregatione”, del 19 de agosto de 1672.
ticipación, describe en los últimos capítulos de su biografía.

sábado, 14 de mayo de 2011

A propósito del Buen Pastor

A los héroes siempre se les exigirá mucho


Hay parroquias que tienen diez mil feligreses o más y UN SOLO CURA. Es curioso… todos opinan sobre ese CURA. Es blanco de todas las miradas, es objeto de todos los juicios, es presa de todos los caprichos e imaginaciones.




Si es gordo lo critican; si es flaco también.


Si es viejo, lo quieren joven.
Si es joven, lo quieren de más edad.

Si es alegre y chistoso, es un ridículo falto de seriedad.
Si es serio, lo tildan de rancio y no les agrada.

Si es buen mozo, es un desperdicio.
Si es feo, al pobrecito le falta gracia.

Si es de color, lo quieren blanco.
Si es blanco quieren mandarlo a broncear.

Si es simpático y saluda, es un confianzudo.
Si le falta amabilidad, le llaman atravesado.

Si es observante y exigente, lo llaman amargado.
Si es una persona flexible es un fresco.

Si fuma, es vicioso.
Si no fuma, le falta clase.

Si se toma una cerveza es un borrachín.
Si no se la toma no es hombre.


Si canta mal, nos reímos de él.
Si canta muy bien, es un vanidoso.



Si saluda mucho es intenso
Si no saluda, un creído.


Si es suave, lo quieren de más carácter.
Si es tranquilo, lo quieren de más templado.



Si es muy generoso, despilfarra.
Si se mide en la economía, es un tacaño.



Si no hace actividades para recoger fondos es un perezoso
Si las hace, solo le gusta la plata.

Si se la pasa en el despacho, le falta untarse de pueblo.
Si sale a la calle, lo critican porque nunca está en la Iglesia.


Si va con los pobres, se quejan los ricos.
Si va con los ricos, desprecia a los pobres.



Si trata a las mujeres es un coqueto.

Si trata a los hombres es sospechoso.


Si atiende más a los adultos se quejan los jóvenes.

Si tiene carisma para los niños y jóvenes, hablan mal los adultos.


Si no baila es un aburrido.
Si baila, es un escándalo.


Sí hace una homilía larga, ¿cuándo acabará?
Si la hace corta, ¡nos tumbó!.


Si habla suave, le falta pasión.
Sí habla duro es un gritón.

Si viste sencillo, le falta gusto.
Si viste bien, es estirado.


Si habla de política, se mete en lo que no le importa
Si no habla de política, ¿en qué mundo vive?

Si descansa le falta compromiso
Si trabaja mucho, vive estresado


¿Y si muere?
Pues bien...
¿Quién podrá reemplazarlo?
Pídale al Señor que le mandé un sacerdote a su medida así serán menos los descontentos y más las vocaciones.

 
Sabía usted del sacerdote:

¿Sabía usted que un sacerdote recibe la ordenación luego de 9, 10 o incluso 12 años de estudio y preparación?
Sabía usted que un sacerdote suele acostarse muy tarde y levantarse muy temprano.
Sabía usted que la confesión y la visita a los enfermos agota más que un día de deporte.
Sabía usted que los sacerdotes son los profesionales que más horas trabajan al día, que menos ven a su familia, pero que son los que más se preocupan por ella.
Sabía usted que hay sacerdotes insertados entre las comunidades indígenas, entre las comunidades más pobres de Asia y África, en campos de batalla asistiendo espiritualmente a los soldados y en los lugares considerados los más peligrosos del mundo.
Sabía usted que 212 sacerdotes fueron asesinados en la segunda guerra mundial, más de 400 en los conflictos latinoamericanos del tercer cuarto del siglo XX, 38 en los últimos cinco años en Colombia y cerca de 6000 en la revolución española entre 1936 y 1938.
Sabía usted que existen 409,166 sacerdotes en el mundo y que teniendo en cuenta que el número global de católicos es de 1166 millones, contaríamos con 1 sacerdote por cada 3000 católicos aproximadamente.
Sabía usted que sin sacerdotes no habría Eucaristía.

miércoles, 11 de mayo de 2011

¡Feliz día profesores!

Felicitamos a los maestros en su día, particularmente a los docentes de nuestros colegios agustinianos.




 







miércoles, 4 de mayo de 2011

Beata María de San José. Mayo 7


La Madre María de San José, nace en Choroni, Estado Aragua, Republica de Venezuela, el 25 de Abril de 1875. Desde sus primeros años lleva una vida cristiana ejemplar. Sus grandes ideales fueron encausados por el celoso sacerdote Vicente López Aveledo, conocido como el “apóstol de la caridad”, párroco de la cuidad de Maracay. Bajo su dirección, desde los 17 años de edad, la Madre María se consagra al servicio de los más pobres, Hasta que en 1901, ambos deciden fundar una congregación, la cual se ha extendido por varias diócesis de Venezuela en las que ha producido copiosos frutos espirituales. La Madre María de San José, que siempre se distinguió por su alta capacidad de sacrificio, caridad, humildad, sencillez, y un ardiente amor a Jesús Eucaristía, murió en olor de santidad a los 92 años de edad, el2 de Abril de 1967.

Obtenido el “nihil obstant” de la Santa Sede, se inició en Maracay el proceso de canonización el 8 de Octubre de 1983. el 7 de marzo de 1992, el papa Juan Pablo II declaró la heroicidad de sus virtudes, con lo cual adquirió el título de Venerable. Asimismo, tras comprobarse el milagro de curación que obró en la hermana Teresa Silva, enferma de osteoartrosis durante 26 años (1956-1982), su Santidad Juan Pablo II publica el decreto de la aprobación del milagro el 23 de diciembre de 1993, previo estudio y unánime aprobación de los expertos: médicos, teólogos y cardenales. El decreto papal deja abiertas las puertas a la beatificación, por lo que, cumplidos los requisitos de ley, se procedió a la exhumación de los restos el 19 de enero de 1994, hallándose su cuerpo incorrupto: en medio de la destrucción casi total de la urna de madera, por la humedad del subsuelo, su cuerpo intacto con el atuendo religioso en perfectas condiciones y la cruz de madera junto al tallo del ramo de azucenas con las hojas aún verdosas.

A solicitud de las Hermanas Agustinas, un equipo de profesionales estudió y sometió el cadáver a técnicas especiales de preservación, para luego ser expuesto a la veneración de los fieles.

Su cuerpo reposa en la siguiente dirección: Santuario de la Madre María de San José , Calle Santos Michelena Nº 14. 10. Maracay, Estado Aragua. El Papa Juan Pablo II, en un acto realizado en la plaza San Pedro en Roma, la declaró beata el 07 de Mayo de 1995, convirtiéndose así, la Madre María de San José, en la primera venezolana que alcanza tal jerarquía en Iglesia Católica

Mártires de Motril. 5 de mayo

Forman parte del gran grupo de mártires de la persecución de 1936 en españa durante la que fueron sacrificados casi siete mil sacerdotes y religiosos. Siete pertenecen a la Orden de los Agustinos Recoletos; el otro era el cura párroco de Motril (Granada), localidad en que se encontraba el convento de los agustinos.

El drama se realizó en tres actos. El día 25 de julio de 1936, una semana después de que comenzara la guerra civil española, los revolucionarios asaltaron el convento y sacaron, por la fuerza, a los cinco frailes que allí se encontraban (Juan Benigno Moreno, León Inchausti, Deogracias Palacios, José Rada, José Ricardo Díez). Les llevaron a una de las calles principales y, después de exigirles inútilmente que renunciaran a su fe y que se unieran a sus filas, les fusilaron frente a la gente, que veía aterrorizada la escena macabra desde sus casas.

Al día siguiente, entre gritos e insultos, fusilaron, en el atrio de la iglesia de la Divina Pastora, donde se habían refugiado y habían pasado la noche en oración, al párroco Manuel Martín y otro padre agustino, Vicente Pinilla. Acababan de celebrar la Eucaristía. El padre Vicente Soler, que se encontraba en el coro cuando asaltaron el convento, en un primer momento logró escaparse, pero el 29 de julio fue encerrado en la cárcel de Motril. Allí se convirtió en el ángel de los prisioneros: les consolaba, les infundía valor, les invitaba a rezar. Nueve días antes del martirio, comenzó una novena a la Virgen con ellos. En la noche del 14 de agosto, un soldado comenzó a llamar a los condenados a muerte. Junto al religioso, llevaron a otras 17 personas a pie hasta el cementerio para fusilarlos. Los pusieron en fila. El padre Soler, mientras esperaba su turno, impartía la absolución a todos los prisioneros que desfilaban, uno tras otro, para colocarse frente al muro. Absolvió también al prisionero número once, un joven de la Acción Católica que sobrevivió a la ejecución y que, años después, pudo revelar lo sucedido al tribunal eclesiástico encargado de llevar adelante esta causa de beatificación.

Estos ocho mártires eran hombres sencillos, ajenos a toda intriga política, entregados a su vocación. El padre Soler había fue Superior General de los Agustinos Recoletos. El padre Pinilla bendijo a quienes le dispararon en el momento de su muerte. Uno de ellos declaró: Nunca más dispararé contra nadie. Si es verdad que existen los santos, éste es uno de ellos.

lunes, 2 de mayo de 2011

Video resumen de la convivencia de Semana Santa

Oración agustiniana

Dame Señor la gracia de saber socorrer,
consolar y aconsejar como María.

Dame la disponibilidad y castidad de José
para entregarme enteramente a tu proyecto.

Dame la perseverancia de Mónica
para que en la oración te busque y te encuentre.

Dame el fuego del corazón de Agustín
para amarte apasionadamente.

Dame el espíritu fraterno y comunitario de Alipio y Posidio
para servirte en mis hermanos y con ellos.

Dame la hospitalidad de Nicolás de Tolentino
para que siendo tú mi Huésped, te sirva con gusto y con esmero.

Dame la humildad y la sabiduría de Clara de Montefalco
para conocer tu voluntad y saber aceptar la cruz de cada día.

Dame la fidelidad y obediencia de Rita de Casia
para cumplir lo que pidas, aunque parezca imposible.

Dame el valor y la generosidad de Tomás de Villanueva
para predicarte frente a reyes y mendigos.

Dame el espíritu contemplativo de Alonso de Orozco
para interiorizar, gustar y vivir tu Palabra.

Dame la pasión por la Eucaristía de Juan de Sahagún
para deleitarme internamente al celebrarla.

Dame el amor a la Iglesia de Juan Stone
para vivir siempre en comunión y en unidad con ella.

Dame el coraje de Magdalena de Nagasaki
para enfrentar las dificultades sin temores.

Dame el ardor misionero de Ezequiel Moreno
para anunciarte por doquier y en todo tiempo.

Dame el entusiasmo de todos los santos agustinos
para difundir nuestro carisma con inmensa alegría.

Dame la amistad feliz de los tuyos
que solamente en Ti es fiel y eterna.

Amén.

p. Raúl Díaz Corbo.