Joven agustino recoleto, habla no de los ideales, sino de la realidad; los ideales están en los libros, la realidad la estás construyendo tú.
No todo es color de rosa, queremos saber de tus éxitos, pero también de tus fracasos.
Habla, no sabes quien escucha, pero habla.
Se abre esta ventana para que los jóvenes inquietos conozcan, no lo que está en los folletos de promoción vocacional, ni en los libros de espiritualidad; sino lo que vives tú y cres que vale la pena que otros quieran vivir... tus sueños, tus ilusiones, tus esperanzas.
Abrimos esta ventana para que desde nuestra propia experiencia, los agustinos recoletos le contemos al mundo la manera en que Dios nos llamó a su servicio, el camino que hemos recorrido, las expectativas que tenemos... y todo lo que queramos.
Y a la vez, invitemos a los jóvenes para que compartan nuestra forma de vida al servicio del Evangelio a la manera de san Agustín.
Los ideales ya los conocemos. Es hora de mostrarle al mundo nuestra realidad concreta y, desde allí, proponerle a la juventud un reto para el seguimiento de Cristo.
¡La ventana está abierta. Es tiempo de dejar ver lo que hay dentro!
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