Si deseas conocer las experiencias y testimonios de los jóvenes que se preparan para ser religiosos agustinos recoletos, ¡éste es el lugar indicado! También puedes escribirnos, contarnos lo que piensas de nuestra forma de vida, hacernos preguntas y, por supuesto, vincularte para compartir nuestro santo propósito de ser discípulos fieles del Señor.

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jueves, 20 de octubre de 2011

Santa Magdalena de Nagasaky. 20 de octubre. Patrona de las fraternidades seglares agustino-recoletas

Hija de nobles y fervientes cristianos, nació en 1611 en las proximidades de la ciudad japonesa de Nagasaki. Refieren fuentes antiguas que era una mujer hermosa y de delicada constitución. Por su fe católica, sus padres y hermanos habían sido condenados a muerte y martirizados cuando ella todavía era muy joven.

En 1624, conoció a dos agustinos recoletos, los padres Francisco de Jesús y Vicente de san Antonio, llegados al Japón unos meses antes. Atraída por la profunda espiritualidad de ambos misioneros, se consagró a Dios como “terciaria” agustina recoleta. Desde aquel momento, su vestido de gala fue el hábito de terciaria, y su mayor solicitud la oración, la lectura de libros religiosos y el apostolado.

Los tiempos eran difíciles. La persecución que arreciaba contra los cristianos era cada día más sistemática y cruel. Magdalena enseñaba el catecismo a los niños y pedía limosna a los comerciantes portugueses a favor de los pobres. En 1629, se refugió con los padres Franciso y Vicente y varios centenares de cristianos en las montañas de Nagasaki. En noviembre de aquel mismo año, fueron capturados los dos misioneros, y ella permaneció escondida, soportando con serena alegría sufrimientos y estrecheces. Infundía valor para mantenerse firmes en la fe, animaba a cuantos por temor o debilidad habían renegado de Cristo, visitaba a los enfermos, bautizaba a los recién nacidos y para todos tenía una palabra de aliento.

En vista de los frecuentes apostasías de cristianos aterrorizados por las torturas a que eran sometidos y deseosa de unirse para siempre a Cristo, Magdalena decidió desafiar a los tiranos. Vestida con su hábito de terciaria, en septiembre de 1634, se presentó ante los jueces. Llevaba consigo un pequeño fardo llenos de libros religiosos para rezar y leer en la cárcel. Ni las promesas de un matrimonio ventajoso ni las torturas consiguieron doblegar su voluntad. A primeros de octubre, fue sometida al tormento de la “forca” o “fossa”. Suspendida por los pies, con la cabeza y el pecho introducidos en una cavidad cubierta con tablas para hacer aún más difícil la respiración, la valiente joven invocaba durante el martirio los nombres de Jesús y de María, y cantaba himnos al Señor. Resistió trece días en este tormento, hasta que una noche una fuerte lluvia inundó la fosa y la mártir se ahogó. Los verdugos quemaron su cuerpo y esparcieron las cenizas en el mar para que los cristianos no conservaran reliquias suyas.

Beatificada en 1981, fue canonizada por Juan Pablo II el 18 de octubre de 1987 junto a otros 15 mártires en Japón.

sábado, 1 de octubre de 2011

Las misiones en Casanare antes, en y tras la independencia

LA IGLESIA TAMBIÉN ES PROCER DE LA INDEPENDENCIA
Las misiones en Casanare antes, en y tras la independencia 

Casanare, que descubierta y colonizada gracias a la búsqueda del famoso “Dorado”, contó con presencia de Iglesia desde el siglo XVI y entró en proceso de misión alrededor del año 1628 con el arribo de los primeros jesuitas, cuya labor se extendió hasta el año 1750. Con la salida de los jesuitas llegaron tiempos difíciles para colonos e indígenas, especialmente para estos últimos, ya que los grandes defensores de los pueblos aborígenes en América, eran precisamente los religiosos misioneros.

La independencia de Colombia coge en la escena eclesiástica de los llanos de Casanare a los frailes Agustinos Recoletos, cuya acción misionera se remonta al año 1662 teniendo como sede el conocido poblado de Santiago de las Atalayas. Dos son los grandes períodos que teniendo como referencia la emancipación vale la pena resaltar.

El primer período, que tiene como característica el florecimiento y auge, se enmarca entre los años 1750 y 1810 y comienza con la salida de los jesuitas y la consiguiente necesidad de misioneros para los llanos, la labor fue asumida en gran medida por los religiosos Agustinos Recoletos, quienes se lanzaron en la aventura de la fundación de nuevas poblaciones a orillas del río Meta y del actual Arauca con lo cual se ganaron el aplauso de muchos que como el virrey Caballero y Góngora alababa el “celo con que estos religiosos se dedican a aprender la lengua de los indígenas”, más tarde su sucesor José de Espeleta, también mostraría su admiración hacia el  trabajo de los frailes recoletos. 

En cuanto el segundo período, podríamos delimitarlo entre los años 1810 y 1830. Los religiosos que estaban en los llanos de Casanare no fueron ajenos al clima de división que se vivía por la encrucijada entre apoyar al rey o buscar la independencia. Lo cierto es que con el mítico grito de independencia las cosas comenzaron a cambiar y no para bien. Casanare que siguiendo el ejemplo de otras regiones nombró su junta patriótica que se pronunció en contra del gobierno virreinal, como era de esperarse del llamado “santuario de la emancipación”, también observó la división de los misioneros entre realistas y patriotas, con lo cual, las misiones comenzaron a convulsionar, ya que no fue extraño que los simpatizantes de la revolución la apoyaran con los bienes de la misión. Más tarde, el “Regimen del terror” como fue llamada la reconquista española (1816), asestó un duro golpe, cuando varios religiosos fueron desterrados, encarcelados o ejecutados; entonces los lugares de la misión se despoblaron, los templos se arruinaron y la sabana volvió a su estado primitivo. Después de 1819, la situación no sería mejor, paradójicamente mientras las autoridades de la nueva república hostilizaban y perseguían las misiones, exigían la continuidad de las mismas, los religiosos estaban diezmados en número y en bienes, pero es de admirar que con circunstancias tan adversas que hicieron salir de la escena misionera llanera a dominicos y franciscanos, los Agustinos Recoletos hubiesen sobrevivido.

No obstante lo desolado del panorama, la recolección agustiniana no abandonó la misión; con mucha precariedad, la comunidad religiosa permaneció en Casanare hasta 1861, cuando la estocada final de Tomás Cipriano de Mosquera aniquiló la presencia religiosa en Casanare, mas Dios escribe derecho con letras torcidas, suscitando nuevamente el ardor misionero de los Agustinos Recoletos que con San Ezequiel Moreno a la cabeza restauraron la cristianización del territorio desde 1890 y jalonaron el progreso de Casanare, que antes que el petróleo fue desarrollado por la labor de la Iglesia en las haciendas coloniales y ya en época republicana al ser constituido como el primer vicariato apostólico de Colombia (1893) lo que le llevó a gozar de relevancia en el panorama social colombiano.

En 2012 se cumplirán 350 años de la evangelización agustiniana en los llanos de Casanare; tres siglos y medio de la presencia de una comunidad religiosa que ha dejado su sudor en la sabana, sangre en sus ríos, pero especialmente la fe en su geografía humana; una familia religiosa que nació en nuestra patria y que en la independencia fue defensora y amiga de su precursor, Antonio Nariño, que dejo estampada la firma de uno de sus religiosos en el acta de independencia, que colaboró con sus bienes a la justa emancipadora, luego asistió los regimientos del ejercito republicano, aún el mítico batallón Colombia en el siglo pasado y asistió sacramentalmente al caudillo Jorge Eliecer Gaitán; una Orden religiosa que continúa su labor misionera en el Casanare, y en Colombia, luego de 400 años de existencia sigue anunciando que Cristo es el Señor.

Fr. Angel jahir Córdoba García, oar

Una reflexión desde la misión

PORQUE DESPUÉS DE LA NOCHE LLEGA EL DÍA

“Así también, ustedes se afligen ahora; 
pero yo volveré a verlos, 
y entonces su corazón se llenará de alegría, 
una alegría  que nadie les podrá quitar.”(Jn 16,22)

Estando en el seminario, para Semana Santa y Navidad veníamos a Casanare a prestar un servicio misionero. En una ocasión me correspondió ir a la vereda La Reforma del municipio de Trinidad y alojarme en la escuela. Recuerdo una noche muy incómoda: chinchorro sin toldillo, zancuditos a granel, una ola de viento frío que alcanzaba a colarse por las rendijas del ventanal de un muy pequeño cuarto donde al guindar el chinchorro casi formaba una perfecta” V”, y para completar, un Chilingo (murciélago) que chilló y aleteó toda la noche, la cual empezó temprano, ya que por falta de luz la hora de ir a dormir no rebasaba las 8:00 pm. Creo que logré conciliar el sueño al final de la madrugada, quizá cansado de no poder descansar y desperté hacia de las 6:00 am, al salir de la habitación me llevé una grata sorpresa: observaba el sol reflejándose y extendiendo su fulgor sobre el río, que a su vez formaba una hermosa gama de colores; a un costado unas garzas blancas levantando vuelo y en la orilla donde estaba asentada la escuela, pero retirada varios metros de la misma, una pequeña manada de Chigüiros recostados en el suelo. Admirado por el paisaje y recordando la noche inmediatamente anterior, le agradecí a Dios el que aunque en la vida pudiera vivir momentos difíciles o como diría San Juan de la Cruz “Noches oscuras”, el me regalara tales experiencias de gozo que hacían que las dificultades perdieran su fuerza ante la belleza y alegría que causaba su presencia, así como los nuevos “trocitos de cielo” que me estaba brindando.

En nuestra vida cotidiana pasamos por muchos momentos de dificultad y dolor e incluso por eventos donde varios problemas se juntan a la vez; encerrados en la angustia podemos pasar por alto el que estas situaciones son providenciales para el encuentro con el Señor. En este sentido, podemos examinar el testimonio de la Resurrección, donde aquel “varón de dolores”, empleando una expresión de Isaías, transforma una realidad de muerte y sufrimiento en gozo y esperanza con su Pascua y permite que sus discípulos cambien la frustración de sentir sus anhelos fracasados a la seguridad de verle como el viviente, y la certeza de que su seguimiento tiene sentido y los lleva a la plena realización de sus vidas. 

Los momentos difíciles nos enseñan, los momentos difíciles nos fortalecen, los momentos difíciles nos hacen madurar, los momentos difíciles son eso: momentos, pero a estos los supera la alegría que permanece: el amor de Dios cuyo reconocimiento y confianza trae tal júbilo que podemos cantar con el salmo “haz cambiado mi lamento en danza” (sal 30,12). La dimensión de la fe lleva a relativizar y poner en su justo lugar los problemas y a hallar en tranquilidad, con la asistencia del Espíritu Santo, horizontes de solución a las tormentas de la vida. La primera carta de San Pedro nos ilumina al respecto: “por esta razón están ustedes llenos de alegría, aún cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas” (1 P 1,6) y en el mismo documento “Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también se llenen de alegría cuando su gloria se manifieste” (1 P 4,13). Más allá de la oscuridad de la tristeza y el dolor brilla la luz de la esperanza y la vida que está aguardando para mostrarte su fulgor.  

Fr. Angel jahir Córdoba García, oar

Nuestra misión nos lleva donde la Iglesia nos necesite






Agustinos recoletos, misioneros con todo el corazón


Desde el origen de la Orden a finales del siglo XVI, el movimiento de reforma que tiene lugar en la provincia agustiniana de Castilla empuja a los nuevos miembros de OAR a difundir el Evangelio en lugares de misión. Ya en 1605 comienzan su tarea misionera en Filipinas. Pocos años después, pasaron a Japón.
La primera mitad del siglo XX fue la de mayor expansión misionera. Actualmente los territorios de misión son los siguientes:

Prelatura de Lábrea en Brasil
Aceptada por la Orden: 8.8.1925. Atendida por la provincia de San Nicolás desde 19.11.1979. Anteriormente perteneció a las provincias de Santo Tomás (1925-1960) y Santa Rita (1960–1979).

Extensión: 230.240 Km2.
Población: 78.832 habitantes.
3 Comunidades OAR: Lábrea, Pauiní y Tapauá.
Agustinos recoletos: 7 y el obispo.
Clero diocesano: 2 sacerdotes y 1 diácono.
Obispo: Mons. Jesús Moraza, OAR.

Prelatura de Marajó en Brasil
Asumida por al Orden: 19. 10. 1930.
Atendida por la provincia de Santo Tomás de Villanueva.

Extensión: 105.000 Km2.
Población: 260.000 habitantes.
4 Comunidades OAR: Salvaterra, Breves, Portel y Afuá.
Agustinos recoletos: 11 y el obispo.
Clero local: 5 sacerdotes y un diácono.
Obispo: Mons. José Luís Azcona, OAR.


Vicariato de Trinidad en Colombia
Aceptada por la Orden: 8.8.1925. Atendida por la provincia de La Candelaria. El 27 de octubre de 2000 fue dividido en dos jurisdicciones: la diócesis de Yopal y el Vicariato de Trinidad, este último sigue siendo atendido por los Agustinos Recoletos.

Vicariato de Trinidad: 27.075 Km2.
Población: 65.000 habitantes.
4 Comunidades OAR: Trinidad, Orocué, Maní y Bocas del Pauto.
Agustinos recoletos: 11 y el obispo.
Clero local: 3 sacerdotes.
Obispo: Mons. Javier Pizarro, OAR.

Diócesis de Shangqiu en China
Encomendada a la Orden: 15.9.1923. La misión fue creada Vicariato apostólico en 1937. Declarada diócesis: 11.4.1946. Atendida por la provincia de San Nicolás de Tolentino.

Extensión: 8.500 Km2.
Población: 2.500.000 habitantes. Católicos 20.000.
3 Comunidades OAR, (incluida la de Hezé, 4 religiosos)
Agustinos recoletos: 15 y el obispo.
Clero local: 1 sacerdote.
Obispo: Mons. Nicolás She, OAR.

Prelatura de Bocas del Toro en Panamá
Asumida por al Orden: 29.2.1964. Atendida por la provincia de Ntra. Señora de la Consolación.

Extensión: 8.115 Km2.
Población: 123.567 habitantes.
5 Comunidades OAR: Bocas del Toro, Almirante, Changuinola, Canquintú y Chiriquí Grande.
Número de agustinos recoletos: 11 y el obispo.
No hay sacerdotes diocesanos.
Obispo: Mons. José Agustín Ganuza, OAR.

Prelatura de Chota en Perú
Asumida por al Orden: 7.7.1963. Atendida por la provincia de San José.

Extensión: 6.823 Km2.
Población: 337.000 habitantes.
1 Comunidad OAR: Parroquia Santa Mónica.
Agustinos recoletos: 4 y el obispo.
Clero local: 22 sacerdotes.
Obispo: Mons. Fortunato Pablo, OAR.



Kaohsiung en Taiwán
Se incorporaron los agustinos recoletos en 1963.

Extensión de la diócesis 5.723 km2.
Población 3.649.083 hab.
Católicos: 47.425.
Provincia de San Nicolás: 1 comunidad con 5 religiosos. Atienden 2 parroquias: San Nicolás y Santa Cruz en Taliao (Condado de Kaohsiung)
Provincia de San Ezequiel (1998): Una comunidad con 4 religiosos. Atienden 3 parroquias: San Agustín en Linyuan (Condado de Kaohsiung) y Santa Cruz y San José en Santimen (Condado de Pingtung).
Sacerdotes en la diócesis: 86 (18 diocesanos, 68 religiosos).
Obispo: Mons. Liu Zhongzhen.

Misión de Kamabai en Sierra Leona
Asumida por los agustinos recoletos: 14 de enero de 1997. Los religiosos tuvieron que abandonar varias veces la misión por la guerra civil. Salieron todos el 24 de diciembre de1998. Volvieron a Kamabai el 8 de abril de 2004. Atendida por la provincia de San Ezequiel Moreno desde el 28 de noviembre de 1998 Antes fue atendida por la provincia de San Nicolás (1997-1998).

Extensión de Kamabai: aprox. 150 Km2.
Población: aprox. 15.000 hab.
Católicos: unos 4.000.
Pertenece a la diócesis de Makeni (Superficie: 36.075 Km2; población: 1.900.000 hab; católicos 32.000)
2 Comunidades OAR.
Agustinos recoletos: 5.
Clero de la diócesis de Makeni: 28 sacerdotes.
Obispo de Makeni: Mons. Giorgio Biguzzi, SX.


TOMADO DE http://www.agustinosrecoletos.com/

Octubre mes de las misiones